Cap.4-VOLVER...Segunda Incursión
de golpe y porrazo, supieron que su misión les iba a resultar aún más complicada de la cuenta. Quizás por ser quienes eran...
Como no había hecho previsión de bolsas, y se habían pasado de la raya en sus compras, a la nave se llevaron también el carrito; como no, con la vergüenza y la promesa de que cuanto antes sería devuelto intacto a filas.
Semanas
después….
-Qtrez,
¿me puedes explicar que hace todavía el papa Noel colgado de la Nave? Por mucho
que te guste, no podemos tenerlo ahí eternamente, la Navidad ya ha acabado.
-El
tiempo pasa tan rápido Celeste, quise quitarlo hace ya un par de tres semanas,
o más, pero se me pasó con tantas cosas que hacer. De todas maneras, a él, le
gusta estar ahí, mirando desde bien cerquita las estrellas y observando de noche
las preciosas luces de la Tierra...Pero vamos, que lo quito ahora mismo, cuanto
antes. ¿Pasado mañana por la tarde te viene bien?. Tú no te preocupes…
Una
semana más tarde…
En el
día y en la hora que ellos llegaron por segunda vez a la Tierra, ya notaban
haber sufrido pequeños cambios en su interior, sin duda, propiciados por su
anterior viaje. Si bien es cierto, las cosas por la Tierra no habían cambiado
demasiado….
Esta vez,
Qtrez y Celeste han entrado en el supermercado a matar, como toreando a una
endiablada fiera que quiere hacerse con su vida. Van con el paso de marcha que
lleva la legión. Regio, firme y de pisada volátil y ligera. Derrapando cual
Fórmula Uno con el carrito en todos los vértices de cada curva. Se crecen enfrentando
las filas de estanterías de productos, pasando a lo largo de ellas y estirando
el brazo sin mirar, escogiendo el artículo que venían a buscar y que habían
fichado desde lejos. Esto va como los tiros, acertando cada platillo de un solo
balazo, así les daban los pies en los glúteos como si fuesen haciendo
footing a lo largo y ancho de todo el
supermercado. La concentración era máxima, y el empeño era absoluto; y por eso,
esta compra no podía ser sino un éxito rotundo…
En uno de estos intrépidos achuchones, la rueda les
falla, y hace que el carro le derrape en sentido contrario colocándolos enfrentados
a la estantería de los chocolates. Por un segundo, Qtrez distrae su atención, y
se queda embobado, queriendo quitar el envoltorio a un bombón que se le antojaba
familiar…
-¡Qué guapa es! Más aún, en vivo y en directo…-Pensó
Qtrez-
Celeste sin percatarse de a quien miraba él, reacciona
ante el giro que dio el carro, y pillando a Qtrez desprevenido endereza y comienza
a tirar de nuevo en la anterior dirección con el mismo ímpetu que al principio.
En esto Qtrez se queda enganchado del jersey de lana, mientras, se le cae la
baba mirando a Alicia que pasaba contoneándose por el pasillo de enfrente….Pero
Celeste, la legionaria, corre al ritmo del tambor que le marca su cabeza. Mientras
Qtrez, impávido enamorado, se deshilacha por el supermercado cual ovillo en
manos de una manada de gatos traviesos…
Cuando Celeste nota un tirón del carro hacia atrás
toma la reacción de pararse y se gira para ver qué pasa. Así, ve que Qtrez inmóvil y de
espaldas, se ha quedado sin la parte de atrás del jersey, dejando prácticamente
al aire su escultural espalda de nadador. Y a ella, al ver lo que había pasado, le cambia la cara de color...
Qtrez y Celeste se miran desde lejos con el ceño
fruncido y la mirada desafiante. Arrimando cada uno el ascua a su sardina. Es decir,
intentando tirar uno para el lado contrario del que está el otro. Así, con el forcejeo terminan
juntándose a mitad del camino, y ahora les toca desenredar el entuerto. Celeste
prueba dando tirones para sacar los hilos del Jersey que se habían quedado enredados
en el carro. Mientras Qtrez se coloca su chaqueta de cuero negra para cubrir su
atractiva espalda..En ese momento recibe un golpe mortal en el hombro,
provocado por la caída vertiginosa de una lata de fabes Asturianas de 500
gramos que se ha desprendido de la mano de su futura dueña, e inmediatamente,
se escucha como resbalan y caen distintos artículos de las estanterías.
Allí estaba Alicia, mirándolo fijamente después de que
él se hubiese dado la vuelta. Atónita, con sus fantásticos ojos marrones
brillosos, y sus mofletes, aún más sonrojados por la vergüenza.
-Lo siento-Dijo Alicia-Intentaba cogerlo y como
estaba muy alto se ha venido todo encima. Lo siento de verdad.
Qtrez, que sin poder apartar de ella la mirada. Sin
más, la miraba...Y casi a tientas, estiraba un poco el brazo para coger el artículo
al que ella no había podido alcanzar. Él tenía los ojos aún más brillosos, y con
una sonrisa que no le cabía en la cara, sin duda, su rostro reflejaba la
ilusión de quien no ha tenido una mirada de complicidad desde hace mucho, mucho
tiempo…
-Aquí lo tienes, guapa.-Dijo él- Espera, te ayudo
también a recoger todo esto que se ha caído al suelo. ¿Tú estás bien?
Celeste los observaba desde cerca, haciéndose un poco la distraída. Como sin
querer, simplemente dejando que pasara, mientras, recordaba la frase que un día
Zeus le dijo a ella..."Celeste, el destino tiene muchos nombres. Y si uno de
ellos estuviera en tu sonrisa…¿Qué crees que le diría?”.
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